sábado, 27 de septiembre de 2008

TINO CASAL , IN MEMÓRIAM


Artículo escrito por Ramón Palicio , amigo de la infancia de Casal y publicado en La Nueva España de Asturias el día 22 de Septiembre de 2008.


Una vez más, los sentimientos sinceros de un gran amigo son reflejados en este precioso escrito , gracias Ramón , un gran abrazo.



" El 22 de setiembre de 1991 fue domingo. La bruma matutina, húmeda y fría, anunciaba sol espléndido sobre nuestra verde Asturias.... pero el destino, a veces cruel y desgarrador, quiso lo contrario y ensombreció nuestra tierra y nuestras almas... Serían las 10 de la mañana cuando la noticia llegó a Tudela Veguín y cayó como una bomba.


Yo iba a entrar en el bar Ortea, frente a la antigua casa de Tino Casal, cuando alguien me soltó: «¡Han dicho en la radio que Tino ha muerto en un accidente de coche!». Enmudecí. Entre los pocos recuerdos que conservo de aquel día, está el de que tardé varias horas en hablar.


Fue para mí un choque tan fuerte que, según iban llegando los detalles del suceso por la tele, la radio, los vecinos... los escuchaba, pero yo era incapaz de articular palabra. Sería ya como la una cuando alguien que estaba enzarzado en una discusión sobre su edad (si 41 o 51) me interrogó al respecto y consiguió sacarme de mi inexplicable silencio... -Cuarenta y uno... me sacaba uno y pico. Sentados en la mesa más cercana a la tele del bar, todos esperábamos más noticias.


Allí estaba Carlos Pinto, su amigo de toda la vida, desde que lo descubrió como cantante a los 13 años, hasta que Tino le ayudara a él en el Estudio Km 444 con las maquetas de «Salón Dadá» hacía apenas unos meses... Y tantas veces coincidentes los dos en Madrid, en Palma, en Londres... Carlos nunca quiso aparecer en ninguna foto, pero raro sería el año de los 31 últimos de Tino, en que no se viera con él en alguna parte o para alguna cosa.


Aquella mañana, en el bar Ortea (esto sí que lo recuerdo con nitidez) los de la mesa vecina habían pasado del tema de la edad al de la pena que daba el que se hubiera muerto tan joven... Entonces Carlos se dejó llevar por el «hombre de mundo» que llevaba dentro y dijo en tono subido: «¿Y ? ¡Seguro que Tino vivió más en 41 años que muchos de los que llegan por aquí a los 90! Hubo un silencio que yo aproveché para volver a encerrarme en mí mismo... Notaba que me aislaba del ambiente, como si estuviera sumergido en uno de esos sueños en los que te enteras de todo lo que sucede pero en el que no puedes hablar. Era una cosa muy extraña.


Al anochecer, algo recuperado, tomé la decisión de ir a ver sus padres Frasi y Tino, y a sus hermanas Mary y Conchi. No dije nada a nadie... yo solo creí que tenía que hacerlo así, me planté en su portal en la calle La Lila... y llamé al timbre. Luego los besos, los abrazos, los recuerdos, las anécdotas, las intimidades... cualquier cosa antes que dejar que el silencio atenazador y alienante se colase en el salón e hiciese aún más daño en aquellos corazones destrozados... Y ahora Tino... ahora que ya han pasado 17 años puedo decirte que sigue la tristeza, pero se lleva mejor... Porque sé, veo y siento que tú no nos has dejado. Tu energía sigue en el ambiente, tus admiradores, tus fans, tus amigos de cuando niño y de cuando adulto... todos los que de verdad te quieren no te olvidan nunca... Buena parte de ellos están en el tinocasalclub.com .


Aquel 22 de septiembre, con los primeros soplos del otoño recién nacido volaste sobre el cielo de Madrid, pero lo hiciste muy alto, y desde donde ahora estás puedes ver tu querida Asturias, tu admirado Londres y todos los lugares desde los que tus amigos de España, de Europa y de América siguen alucinando con tus canciones... Y bajo el paraguas de tu energía está también Tudela Veguín, este pueblín en el que por primera vez tus ojos vieron la luz y las estrellas, esas mismas estrellas entre las que tú ahora te encuentras.


Fuiste estrella, eres estrella y lo serás eternamente. Y te lo ganaste a pulso, solo y contra viento y marea... Por eso los jóvenes que hoy descubren tu arte, quedan hipnotizados. Recuerdo otra frase de Carlos Pinto, aquel día en Casa Ortea: «Tino hizo música con veinte o treinta años de antelación... así que ahora están naciendo los que mejor lo van a entender». Cuánta razón tenía.


Gracias, Tino. "


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aún recuerdo ese momento. Cuando me enteré de la noticia sentí que rabia, dolor e impotencia, por dos motivos: ya no podría verle en directo, y la ansiedad de esperar la publicación de otro nuevo trabajo suyo jamás se vería satisfecha. Pero los elegidos de los dioses mueren jóvenes. Quizá porque nunca acaban de ser de este mundo, y su lugar está en el Edén.

Jenny

Anónimo dijo...

tino era y sera siempre el mejor de todos ay muchisimo por ver de tino pero la gente te querra siempre nunca se olvidaran de ti tino y yo tanpoco muchos besos para ti desde donde quiera que estes

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