domingo, 21 de marzo de 2010

CHOLO JUVACHO .UN MÚSICO CON HUMOR


Cholo Juvacho , una persona entrañable , simpático , y un gran cantante de los años 60 y 70 . Formó parte del grupo " Los Archiduques " y fué quién le dió la oportunidad a un joven Tino Casal de ser su principal solista .
En " La Nueva España " de hoy aparece un artículo sobre la próxima publicación de un disco con DVD que lleva por título «Soy un tipo con suerte», que verá la luz en abril y que acaba de presentar en Gijón.

A continuación podéis leer el artículo firmado por A. Rubiera y ver una de sus simpáticas actuaciones en el programa " Luces de la ciudad " .



Cholo Juvacho " Quiero Volver"


"Cholo Juvacho suele decir que «ni en mi casa se acuerdan ya de que me llamo Avelino». La frase es casi literal pero demuestra, desde la presentación, la capacidad que tiene este felguerino de meter un chiste y un toque de humor en su vida. Él se define como un «entretenedor» de los asturianos, que es una forma mucho menos pedante de decir que lo suyo es ser «showman». Lo que pueden ratificar los demás es que, se llame como se llame, lo suyo es ser un hombre de escenario, al que lo que le gusta de verdad es cantar, pero que no puede orillar que nació para contagiar risas. De hecho, sus sonoras carcajadas obligan a entrar en su humor, de puro contagio.

Esa doble faceta, la de cantante y humorista, la vuelve a poner ahora de manifiesto con su última proeza, un disco con DVD que lleva por título «Soy un tipo con suerte», que verá la luz en abril y que acaba de presentar en Gijón, su ciudad de acogida desde hace muchas décadas, en una actuación recién celebrada en el Casino.

Cholo Juvacho (La Felguera, 1938) iba para futbolista pero resultó que sabía cantar bien y arrancaba risas fáciles. Así que lo mejor que hizo fue aparcar el balón. Pero le costó. Le dio tiempo a militar en el club FSCP (La Felguera Siderúrgico Círculo Popular), en el Santiago de Aller CF y hasta en el Vetusta. Incluso se considera el primer jugador del Langreo que se incorporó a la selección juvenil asturiana, que no solía mirar para los guajes de las Cuencas.

Al final, cuando ya exprimía demasiado -y todo a la vez- su afición deportiva, su afición musical y su obligación laboral con Duro Felguera, la salud le dio un aviso y le obligó a prescindir de alguno de los ingredientes de aquel peligroso cóctel. Fue el final del fútbol (dado que el trabajo no lo podía dejar). Le pudo más el gusanillo de la música que ya le había entrado desde bien pequeño. Desde que un profesor de la escuela de los Hermanos de La Salle le examinó de canto -él interpretó «La Virgen de Covadonga»- y le obligó a repetir la brillante interpretación ante otro religioso de la escuela. La frase final de los curas fue lapidaria: «Tú, pal coro».

Había materia prima así que sólo faltaba un empujón. Ése llegó de la mano de unos tíos que formaban parte de «La Rondalla Felguerina», una rondalla de punto y púa que ensayaba todos los sábados y en torno a la cual se formaban unas tertulias de música hermosísimas que a él le gustaban. Cuando el director de la formación -sabedor de la buena voz de Cholo- le invitó a pasar a un ensayo, todo acabó rodado. Y eso que a día de hoy aún se empeña en decir que lo suyo del artisteo ha sido algo «casual y completamente impensado por mí».

La primera vez que se subió a un escenario fue en 1959, en su localidad natal y con la Rondalla. Cantó zarzuela. Cuando ya tuvo un poco más de soltura y mando en plaza, sugirió a algunos compañeros que podían acabar alguna actuación saliéndose de la música «culta» para interpretar algunas melodías de moda. Fue el inicio de «Los Juvachos Gardin», el resultante de los nombres de los primeros integrantes de aquella banda: Juanjo, Varito, Cholo, Gallardo, Roberto y Dinden. Con el tiempo, y la pérdida de integrantes, acabaron por ser «Los Juvachos» y, al final, sólo siguió Cholo Juvacho.

Varias veces dio por finiquitada su carrera como músico y todas tuvieron continuación. La primera parada ocurrió con el final, de mutuo acuerdo, de «Los Juvachos», pero a Cholo le repescaron los primeros «Stukas» para que les buscara contratos y actuaciones, y acabó cantando con ellos.

Luego se incorporó a «Los Archiduques», y con ellos recorrió buena parte de España y algunas grandes salas de fiestas nacionales de la época. Lo dejó cuando, ya siendo padre de familia, empezó a dudar del futuro económico que lograría como cantante. Él fue quien puso a un jovencísimo Tino Casal al frente de «Los Archiduques», y hasta llegaron a cantar juntos compartiendo escenario, hasta dar tiempo a que Casal se hiciera con todo el repertorio de la banda. Corría el año 1966.




Luego llegaría una etapa laboral en Madrid, de la mano de Duro Felguera, y también hubo ahí algunos pinitos en salas de fiestas. Incluso se presentó al Festival de Benidorm de 1970, que ganó Donna Hightower.

Aquélla no fue su primera actuación de concurso. Unos años antes ya había participado en el Festival del Eo con una canción de Víctor Manuel de título «Nada es igual» y lo ganaron. Hasta 1973 Cholo no volvió a Asturias. Asentado en Gijón y trabajando en una oficina de Uninsa, fue el período más largo que pasó alejado de la música. Hasta que en 1983 se quedó prendado de la elegante actuación de un popular italiano que de vez en cuando actuaba en las salas de Gijón. Le compró su equipo de sonido y 25 play-back y volvió a subirse a los escenarios. Para entonces ya sabía de sobra que tenía mano para los chistes. Así que decidió compaginar las canciones con el humor. Y desde entonces ahí sigue. Haciendo disfrutar a los asturianos. Mejor dicho, y a su modo, entreteniéndoles. Y oyendo de vez en cuando a alguno entre el público que después de morirse de risa con sus chistes acaba diciendo: «Oye, pero si además canta bien»... Lo dicho, un tipo con suerte. "